19/04/2020
Una vez más, leer algo de Juan
José Millás me ha resultado una lectura magnífica! Narra la vida cotidiana (en
forma de diario) de un hombre de sesenta y siete años. Me atrevería a decir que
no tiene nada de ficción por muy surrealista que parezca cada una de sus líneas,
aunque en caso de ser un libro autobiográfico, no me imagino a un Millás
neurótico, paranoico e esquizofrénico, aunque sí tumbado en un diván hablando a
su psicoanalista y con un sinfín de preguntas que vienen a su cabeza, y cómo de
cualquier cosa que ve, escucha o huele, puede hacer un flash back en el tiempo
e irse a algún suceso de su infancia.
Es un libro lleno de vida que
habla de la muerte, de las amistades, de preocupaciones y de miedos, de hacer cosas en el día a día no
por ganas de hacerlo, sino por la culpa que trae el no hacerlo. La observación
que hace del mundo que le rodea y personas desconocidas que se cruza en su día
a día, sin cesar de hacerse preguntas absurdas (y otras no tanto), y con la
misma absurdez busca una respuesta, con el sentido de humor serio, que le
caracteriza.
Destaco un párrafo donde creo que
Millás auto describe su escritura a la perfección, me hizo sonreír al leerlo
por entender perfectamente a lo que se refería “(…) Mis novelas tienen fiebre, se trata de un
rasgo estilístico que no todos los lectores advierten. También como lector me
gustan los libros con fiebre (…) Percibo la febrícula de su sintaxis y me
encojo de gusto.” Yo al leerle siento lo mismo.
A esta reseña, dividiré la
recomendación en dos: Si nunca leíste nada de él, tengo mis dudas de que lo
entiendas y disfrutes como merece, o tal vez llegue incluso a cansarte. Si has
leído a Millás en otras ocasiones SI, totalmente recomendable su lectura.
Brillante!
Sinopsis
En La vida a
ratos el lector es tan protagonista como el narrador, porque descubre
en secreto un relato que, en la ficción, no ha sido creado para ser conocido
por nadie más que aquel que lo escribe. Es el diario de más de tres años de
vida de un personaje -curiosamente también llamado Juan José Millás-, que se
muestra tan libre, tan neurótico, y divertido, e irónico e hipocondriaco como
solo nos mostramos cuando nadie nos ve. Las visitas a la psicoanalista, el
taller de escritura, los paseos por una ciudad que no deja de colocarle ante
situaciones sorpresivas, la familia, los amigos... Todo es normal, todo parece
anodino hasta que, al volver una esquina de la realidad, aparece lo extraordinario,
lo surrealista. Y nos deslumbra.