Sinceramente, si voy a una librería y lo veo, dudo que lo hubiese comprado, para mí no hay nada en la portada con gancho para cogerlo y ojearlo para ver si lo compro, pero… este libro ha sido un regalo felizmente leído. Quién me lo regaló le escuchó la recomendación a Jorge Javier Vázquez (no es la primera vez que leo una recomendación de él)
Narrado en primera persona, cuenta las hazañas de un joven gay español, con ganas de descubrir mundo y oportunidades laborales en Nueva York.
Me gusta la naturalidad, humildad y ‘alegría’ con la que narra sus inicios en la Gran Manzana. Ha sido una lectura gratificantemente fresca.
Toca varios temas, la dificultad del inmigrante y todo lo que ello engloba (amistades, amor, sexo, trabajo, dificultades económicas, distancia con la familia y amistades), sin morbo, sin tabús y creo que también, con cariño a todo lo vivido.
Es rápido de leer, sin aburrir en ningún momento, para leer en cualquier época del año, aunque la catalogaría de ‘lectura veraniega’ o para intercalar con lecturas más pesadas.
Un libro que cuenta algunas de las fases complicadas de la vida, sin dramas.
Estuve googleando para ver fotos del escritor, Mateo Sancho (no había oído hablar de él), y me atrevería a decir, que el libro tiene la misma buena onda que la que me ha trasmitido él en las fotos.
Animaos a leerlo.
Sinopsis
A punto de cumplir 30 años, Simón se traslada a vivir a Nueva York con muchas ilusiones, algunos remilgos y poco dinero. Con su labor de periodista como arma para codearse con las altas esferas y su perfil en Grindr como llave para divertirse con las bajas, Simón conocerá también a sus amigos Carlos y Tomás, cómplices en las mieles del hedonismo y los sinsabores de la emigración. Un camino luminoso de placer y sensibilidad en una ciudad donde el costumbrismo es sinónimo de frenesí y la infinidad de estímulos se parece quizá demasiado a la soledad.