martes, 24 de octubre de 2017

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA - G.G. Márquez


Los comentarios/críticas que he leído por internet (siempre lo hago cuando termino un libro, nunca antes, no quiero sorpresas con ningún spoiler) dicen que es una novela espectacular y que es la obra maestra de Márquez… Pues debe de ser que  no termino de cogerle el punto a Márquez, pero me ha resultado algo pesado de leer. Para mi gusto, pienso que se engola demasiado. Hay tramos en su lectura, que no percibo fluidez al escribir. Mi sensación al leerle este libro, es que tiene que darle sí o sí grandeza a cada línea, percibo más demostración que sentimiento.

A pesar de lo dicho, sí que diría que es una obra maestra con lo que respecta a la narración, la descripción de personajes, lugares, cómo va transcurriendo la trama de la historia con el paso de los años, cómo se va deslizando por cada época.

Y con respecto a la historia de ¿amor? entre Florentino y Fermina, pues eso, sin más ¿es amor? Sólo consiguió emocionarme y erizarme la piel una sola vez, con una escena en concreto, cuando Florentino toca el violín bajo la ventana de Fermina como despedida.

Entre los libros que me están esperando en casa para ser leídos, está desde hace mucho tiempo CIEN AÑOS DE SOLEDAD… y ahí seguirá un tiempo más, ya le llegará de nuevo la hora de Márquez.


SINOPSIS

La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, en el escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a lo largo de más de sesenta años, podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos, ya que García Márquez se complace en utilizar los más clásicos recursos de los folletines tradicionales. Pero este tiempo -por una vez sucesivo, y no circular-, este escenario y estos personajes son como una mezcla tropical de plantas y arcillas que la mano del maestro modela y fantasea a su placer, para al final ir a desembocar en los territorios del mito y la leyenda. Los zumos, olores y sabores del trópico alimentan una prosa alucinatoria que en esta ocasión llega al puerto oscilante del final feliz. «Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados.»

No hay comentarios:

Publicar un comentario