No sé por dónde empezar la opinión de este libro… Por un lado tengo un “menudo rollazo de libro” y por otro “pedazo de análisis psicológico de los personajes”.
El libro tiene 284 páginas y a mí me han sobrado unas 100. La historia se desarrolla durante una cena entre dos hermanos y sus respectivas mujeres para hablar y dar solución a un hecho ocurrido a sus hijos. Me ha resultado agotador la descripción de cada uno de los platos que llegaban a la mesa, cómo los comían, qué cubiertos necesitaban, la descripción de cómo iban vestidos y peinados los camareros, descripción del restaurante, las veces que el autor hace flashback contando lo sucedido a los hijos de los comensales... buf!
Es una novela en la que no pasa nada pero sin embargo, la parte que me gusta, es como Paul (el hermano pequeño), protagonista y narrador de la historia, va desmenuzando cada uno de los personajes, cómo los analiza, cómo se autoanaliza... qué le gusta o repudia de lo que tiene a su alrededor. Cómo a través de la forma de comer, de moverse, de gesticular, analiza a cada una de las personas que van apareciendo ante sus ojos.
Paul cuenta todo lo que ve y siente de una forma asombrosamente cabal (ya que él no está muy cuerdo, y es consciente de ello). Reflexiona sobre la falsedad, hipocresía, la violencia, lo políticamente correcto, y las pautas que deben seguir las familias de clase alta/acomodada, para seguir manteniendo su status social.
Es un libro que no recomiendo, me ha podido la pesadez de tanta descripción. En muy pocas partes de la historia me ha fluido su lectura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario