Leí hace mucho de Almudena El corazón helado, y como me dejó buen sabor de boca, me animé con Los besos en el pan. Ha sido uno de los libros que compré sin pasar por la sinopsis. Me guié por su título, escritora, portada y mi intuición.... y me equivoqué de elección! Madremíadelamorhermoso lo que me ha costado leerlo, no me ha enganchado nada :( Pensé que iba a leer una historia sobre la guerra civil o posguerra y nada de eso. (Aunque el libro cuenta las penurias de la sociedad española en estos tiempos de crisis, y algo de similitud podría tener).
No he conectado con ningún personaje y muchas veces perdía el hilo a la lectura. Ha sido como leer una biografía de personas desconocidas narrado en 3º persona, y a mi parecer, sin ningún tipo de profundidad emocional y no aporta nada nuevo que no sepamos, conocido o vivido por los tiempos de crisis en España.
Por no cargar toda la culpa al libro/escritora por lo nada que me ha gustado el libro, decir que igual he sido yo quien no ha sabido conectar con sus líneas y lo que la escritora quería contar. Pero igualmente, no, no lo recomiendo. Estoy segura que Almudena Grandes tiene mejores libros para leer.
Sinopsis
¿Qué puede llegar a ocurrirles a los vecinos de un barrio cualquiera en estos tiempos difíciles? ¿Cómo resisten, en pleno ojo del huracán, parejas y personas solas, padres e hijos, jóvenes y ancianos, los embates de una crisis que «amenazó con volverlo todo del revés y aún no lo ha conseguido»? Los besos en el pan cuenta, de manera sutil y conmovedora, cómo transcurre la vida de una familia que vuelve de vacaciones decidida a que su rutina no cambie, pero también la de un recién divorciado al que se oye sollozar tras un tabique, la de una abuela que pone el árbol de Navidad antes de tiempo para animar a los suyos, la de una mujer que decide reinventarse y volver al campo para vivir de las tierras que alimentaron a sus antepasados… En la peluquería, en el bar, en las oficinas o en el centro de salud, muchos vecinos, protagonistas de esta delicada novela coral, vivirán momentos agridulces de una solidaridad inesperada, de indignación y de rabia, pero también de ternura y tesón. Y aprenderán por qué sus abuelos les enseñaron, cuando eran niños, a besar el pan.
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